Estamos en el mes donde el amor se comercializa, donde algunos celebran y crean un pequeño oasis en el número 14, mientras viven en una relación desértica, donde otros sufren por no tener a quién amar, y otros porque aman, pero, no son amados. Estamos en el mes donde el rojo es tendencia y el amor lo venden en cajitas de regalo. Pero, el amor, no es un mes, no es un día, ni un color. El amor, es vida, eres tú, soy yo. El amor es Dios, pero, no un Dios distante y lejano, sino aquel que se encarna y, “es” en la cotidianidad, que se manifiesta en el abrazo, en la risa y en el beso. El amor, es abnegación, convicción y decisión, la decisión de imitar y vivir el amor divino.
El mundo comercial y Hollywood nos venden la imagen del amor ideal. Un amor poco realista. Aprendemos de las princesas y los príncipes, que se enamoran en un día y se casan al atardecer. Las relaciones son mágicas y no requieren de mucho trabajo para construirse; es el mundo del “y vivieron felices por siempre”. Pero, ¿Qué nos dice la Biblia sobre el amor? Y sobre todo, ¿Qué nos dice Dios?
El texto de 1ª Corintios 13, es sin duda, un texto conocido, memorizado e incluso que utilizado para dedicarse. En él, encontramos una serie de afirmaciones sobre lo que el amor es, entre ellas: “el amor es sufrido, es benigno…Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” Al revisar este texto bíblico en el idioma original (griego), podemos profundizar en el significado y en una interpretación profunda acerca del amor.
Por ejemplo: en la expresión “el amor es sufrido”, la palabra sufrido proviene del verbo griego: μακροθυμέω, que significa: tener espíritu largo, es decir, tener paciencia, tardar en responder. “El amor todo lo sufre”, proviene del verbo: στέγω (stégo), que significa techar, discreción o cubrir amorosamente. “El amor todo lo soporta”. La palabra soportar, viene del verbo: ὑπομένω (jupomeno), que significa: permanecer, perseverar.
¿Por qué son importantes estos verbos griegos? Porque nos permite apreciar el significa verdadero de lo que el amor es. El amor no es soportar malos tratos, humillaciones, relaciones tóxicas que dañan la autoestima o la integridad física. La Biblia enseña que el amor es sufrido, porque una persona que ama, es paciente y tarda en responder cuando está enojado, para no herir al otro. El amor todo lo sufre, porque cubre con silencio para no ofender al otro, ni divulgar sus fallas porque reconoce que todos fallamos. El amor todo lo soporta, porque el verdadero amor, permanece. Permanece en una constante aplicación de lo que el amor es: paciencia; benignidad; bondad; justicia; verdad; ausencia de jactancia, de celos, etc.
El amor es sufrido porque al vivirlo, muero a mi yo, para que el otro viva. El capítulo 13, nos habla acerca del amor agapao. En griego, se utilizan distintas palabras para referirse a varias clases de amor. Y el amor agapao era la clase de amor más sublime. El amor agapao, es dejar de ser, para que el otro sea; morir al “yo” para que el otro viva; menguar para que el otro crezca. Es por eso que la máxima expresión del amor agapao es, Cristo, que se despojó, se desacomodó del cielo para acomodarse en la tierra.
Este es el amor que nos describe Corintios. No es una invitación al auto sabotaje o a olvidar el amor propio. Más bien, es una invitación a renunciar al “yo”, al egoísmo, a la envidia, al egocentrismo que no nos permite ver por el otro, por mi hermano, mi pareja, mi familia o mi vecino. El amor es la máxima expresión de Dios, y él nos invita a imitarle. Y sí, el amor todo lo soporta, porque permanece en una constante actitud de morir al yo, al individualismo. Así que, cuando pensemos en el amor, no pensemos en un mes, día, color o símbolo. El amor humano, es una constante decisión y el compromiso que adquirimos de imitar el amor divino.
Colaboradores:
Artículo: Jenniffer Lara
Diseño y Publicación: Josué Guzmán
Revisión: Jaquelinne Colindres
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